Un programa electoral que marca el rumbo en Europa

El 9 de junio nos jugamos el futuro de Europa. El avance de las fuerzas reaccionarias, la exacerbación de la crisis climática, el genocidio del pueblo palestino, la agresión rusa de Ucrania, así como la creciente complejidad de los desafíos globales —financieros, energéticos, ecosociales—, afianzan el marco de encrucijada y excepcionalidad.

Nuestro país constituye una excepción histórica en este contexto tan complicado para el continente. Nuestra responsabilidad es cuidar y ensanchar esta excepción, y la mejor forma de hacerlo es avanzando, yendo a por más, llevando este destello de lucidez a toda Europa. En este momento de encrucijada histórica para la Unión Europea sólo hay tres salidas posibles. La primera, defendida por la gran coalición europea de conservadores, socialdemócratas y liberales, tiene que ver con la reconfiguración neoliberal, que promueve la protección de los privilegios de las élites europeas. Esta vía contempla la vuelta a los recortes, garantía de una desafección social rampante. Un déjà vu de 2008 es claramente disfuncional, pero es el objetivo al que apunta esta salida, tropezando, una vez más, con la misma piedra. Esta primera alternativa es muy peligrosa, no solo para las mayorías sociales europeas, sino para el propio futuro de la Unión Europea.

La segunda salida, promovida por la alianza de la derecha tradicional con la extrema derecha, es la protección de una minoría nativista y excluyente que dice hablar en nombre de muchos, la declinación de Europa en clave reaccionaria. Una salida reaccionaria que encuentra en las personas LGTBI+, migrantes y mujeres a sus chivos expiatorios, y en el nuevo Pacto sobre Migración y Asilo, su bandera.

Por último, la tercera salida es la de una Europa social, verde, feminista y democrática. La del europeísmo transformador que hemos defendido, una alternativa al juego anquilosado de la gran coalición europea. Una vía que se vislumbró tímidamente en la gestión solidaria y expansiva de la pandemia, durante la que se demostró, precisamente, que era posible hacer todo aquello que llevaban décadas haciéndonos ver como inviable. Es una salida  apoyada por una alianza plural y diversa, porque, solo a través de amplias alianzas, Europa podrá afrontar los grandes desafíos del presente. Es la salida de Sumar.

Para impulsar esta salida, la única que cuida y protege el proyecto europeo, es necesario, en primer lugar, marcar el rumbo hacia una Europa más social, verde y justa: avanzar hacia la Europa social, acelerar la transición  ecológica justa y transformar la política económica y fiscal europea. Es necesario, en segundo lugar, marcar el rumbo hacia una Europa más democrática, feminista, diversa y solidaria: democratizar su arquitectura  institucional, blindar más derechos y libertades feministas y LGTBI+, y abandonar la Europa fortaleza. Es necesario, en tercer y último lugar, marcar el rumbo hacia una Europa con futuro: construir un nuevo multilateralismo democrático, impulsar una transformación digital con derechos y poner el proyecto europeo al servicio de su juventud.

El 23 de julio de 2023 demostramos que la victoria de las derechas no es inevitable; ahora toca hacer lo mismo en Europa. Este es el programa (te lo puedes descargar en PDF) con el que queremos marcar el rumbo.

Porque otra Europa es posible y necesaria.

¡Tenemos mucho que conseguir el #9J!  #MarcaElRumbo

Noticias relacionadas