La violencia machista es siempre la misma: agredir o causar daño, bien sea físico o psíquico, o bien la amenaza de causarla, sobre las mujeres, por el solo hecho de serlo. Lo que cambia es la forma de ejercerla. A medida que se van desarrollando otras formas de relacionarse, nos encontramos las mujeres con más posibilidades de ser acosadas.
Facebook, instagram, whatsapp, tik-tok, twitter, mensajes on line… ofrecen más opciones a los agresores para que nos chantajeen, divulguen datos personales, hagan públicas fotos o vídeos, incluso difundan noticias falsas.
Es especialmente preocupante en la adolescencia y la juventud, donde además hay una percepción muy baja de sus efectos dañinos, que se ven como molestias sin importancia. Intercambiar información o imágenes privadas, el control por parte de la pareja a través de las redes sociales, quedar con un desconocido por internet,… no se perciben como un peligro, sino como algo «normal«.
Vamos a ver si te reconoces en alguno de estos comportamientos:
- Acosas o controlas a tu pareja usando el móvil
- Interfieres en las relaciones de tu pareja en Internet con otras personas
- Espias el móvil de tu pareja
- Censuras fotos que tu pareja publica y comparte en redes sociales
- Controlas lo que hace tu pareja en las redes sociales
- Exiges a tu pareja que demuestre dónde está con su geolocalización
- Obligas a tu pareja a que te envíe imágenes íntimas
- Comprometes a tu pareja para que te facilite sus claves personales
- Obligas a tu pareja a que te muestre un chat con otra persona
- Muestras enfado por no tener siempre una respuesta inmediata online
Hay tipos delictivos para recoger estos comportamientos:
- SEXTORSION.- chantajear o acosar a una mujer con difundir en redes fotos suyas de contendio sexual que se han obtenido sin su consentimiento.
- STALKERWARE o control de dispostivos.- instalar en el móvil de la mujer, aplicaciones o programas con el objetivo de controlarla para saber dónde está y con quién habla.
- CYBERSTALKING.- acosar a una mujer con repetidas llamadas, envío masivo de correos, whatsapps, SMS, etc.
- SUPLANTACIÓN DE IDENTIDAD.- puede suponer la creación de un perfil falso, o con los datos de la mujer, o bien entrar en la cuenta de ella, haciéndose pasar por ella.
- SEXTING.- se trata del envío de fotos o vídeos de contenido sexual, obtenidos sin el consentimiento de la mujer.
- PORNOVENGANZA.- amenazar a la muer con enviar imágenes sexuales de ella, grabadas, con o sin su consentimiento, a una web ponográfica, para humillarla públicamente.
- DOXING.- amenazar a una mujer con revelar sus datos personales de cualquier tipo: ideología, vida sexual, religión, entorno familiar…
- SLUT SHAMING (hacer que sea vea como “fácil”, “ligera”, “baja”, “puta” o “zorra” ).- comentar en las redes sociales que usa la mujer, sobre sus poses, su ropa, su aspecto físico, o según su actividad sexual.
En internet la información se difunde muy rápido, basta con un clic. Las mujeres que sufren esta violencia se sienten inseguras, humilladas, enjuicidas, expuestas socialmente y su autoestima disminuye.
Estas situaciones pueden dar lugar a problemas de salud: ataques de ansiedad, pánico, estrés, depresión. Algunas mujeres han llegado al suicidio.
No seas tú ese chico, ese hombre. Si sabes de algún compañero, amigo, familiar, que tiene intención de cometer alguna de estas acciones, disuádelo. Si llega alguna imagen que sabes que no debes recibir, que pare en ti la cadena, NO DIFUNDAS y DENUNCIA.
Acabar con la violencia machista es cosa de todas y TODOS.
