A Paco Cuenca

Nuestra asamblea se queda huérfana. Hombre honesto, sencillo, bueno y un trabajador incansable, mejor amigo y  nuestro guardián eterno.

Es imposible entrar a nuestra sede y no verte detrás de esa barra, con tu sonrisa afable y siempre con palabras de cariño. ¿Qué vamos hacer sin ti? Tu incondicional apoyo, consejos sabios y tu “siempre para adelante”. El saber estar, aguantar sin decir una palabra más alta y una lealtad inquebrantable.

El 14 de abril seguirá ondeando tu bandera, esa que nos quedamos como parte de tu legado y nos recordará que estás presente en nuestros corazones.

 Te has ido y te seguimos necesitando.

“Si mañana no despertara
solo cree que me he dormido.
Piensa en la paz de mi sueño,
te sueño y no me he ido.

También escucha mi
música, lee mis libros, usa
mi ropa, toma mi copa,
bebe mi vino.

No me recuerdes ausente.
No me busques en el olvido.
Búscame dentro tuyo.
Ahí estaré contigo”.
Mario Benedetti

Noticias relacionadas