Este fin de semana he vuelto a ver la película «La voz dormida» en TVE, basada en la novela homónima de Dulce Chacón. Si no la habéis visto os la recomiendo y si queréis volver a verla, estará en la plataforma RTVEPlay hasta el 15/05/2026. Es una lectura más que aconsejable, también.
En estos tiempos políticos, en los que la desconfianza se ha instalado en la ciudadanía, todo ello gracias a la clase política actual: con sus actos, sus acciones, callar los problemas reales de la gente… De espaldas a la calle, sin poner los pies en la tierra. Instalados los dos grandes partidos políticos en el «y tú más«.
En estos tiempos en los que la Santa Madre Iglesia, se atreve a pedir elecciones anticipadas, esta película refleja el papel que tuvo esa Iglesia rancia, que tan bien interpretó, defendiendo su propio interés y el de los golpistas. La que ahora reclama elecciones, la que estuvo 40 años callada, increpando, denunciando, excomulgando, señalando, por la gracia de Dios, y nunca alzó su voz cristiana para defender a ningún ser humano delante del pelotón de fusilamiento. Eso sí, pidiendole al reo que se confesara, para el perdón de sus pecados… A los que ordenaban al pelotón, fusilar, no les pedía parar esa barbarie, ni que pidieran perdón por quitarles la vida a madres con niños, a mujeres, cuyo pecado era, estar en el «otro bando».
Un golpe de Estado planificado, a un Gobierno legítimo salido de las urnas. Provocaron la guerra, porque es así. No fue una guerra civil, fue derrocar a la fuerza la libertad y la estabilidad de un país. Para volver a dormir esa voz, durante 40 años de franquismo.
50 años, hace este 2025, de la muerte del dictador. La recuperación de la libertad, llegó un pooooco, más tarde. Pero la voz, esa voz, sí estuvo dormida mucho tiempo. Pero es que ahora está, como poco, ronca. Y necesitamos pedagogía histórica, pedagogía política. Que los partidos salgan del «armario», que hablen con la gente de los problemas que hay, que se pateen las calles, que pisen el barro.
Me niego a que me callen, a que nos callen de nuevo. Ni un solo día, ni una sola hora, ni un solo minuto. Defendamos nuestros derechos. Cumplamos con nuestras obligaciones, todas y todos, si nos importa el futuro que viene, siendo éste, nuestro presente diario.
No es buen ejemplo, para recuperar esa confianza ante la ciudadanía, que el comité federal del PSOE, celebrado este fin de semana, tenga: poco debate, nada de autocrítica y demasiadas palmas. Y por supuesto, no podemos olvidarnos del Congreso nacional del PP, que no sé cuánta discusión política se está desarrollando de la que afecta a la gente, porque lo que sale de puertas para afuera es centrarse sólo en el mal del otro, sin dar soluciones, sin recuperar la confianza.
Hay que dar la voz a las bases, a la militancia, a la ciudadanía. Con mucho más debate, reflexión y pedagogía política.
Fin de semana para aprender, que hay que cambiar los modos y las formas en la política actual de nuestro país, hay mucho que perder, porque como dijo mi estimado Pepe Mujica
Hay cosas que adquieren valor, cuando se pierden.